Dios es Amor 

(Reflexión a la luz de la Encíclica "Deus caritas est")

¡Amor!, tema del que nos habla el Sumo Pontífice Benedicto XVI  en la encíclica “DEUS CARITAS EST”. La palabra amor tiene múltiples aplicaciones, cómo debe definirse realmente. sabemos que hoy día vivimos en un mundo donde, se dice amar, más sin embargo esta palabra, no tiene el sentido que realmente nos diga de lo que es en sí, esta encíclica a la que hicimos alusión es un mensaje de afecto y nos invita a vivir en el amor para que la luz de Dios pueda entrar a cada uno de sus hijos.

    Esta encíclica se  divide en dos partes la primera nos redacta que es el amor en diversas expresiones, y la segunda trata del amor al prójimo (Caridad). De los cuales a lo largo de este escrito desglosare, dando mi opinión, en base algunos puntos del documento.

    Dios lo hace todo por amor, fue por él que nos ha creado, ya que su naturaleza es amar. Creer en ese amor nos deja expresar nuestra vida cristiana, porque tenemos un encuentro verdadero con Él. Cabe destacar este versículo de Juan  que nos expresa lo anterior, el cual dice  “Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que todos los que creen en él tengan vida eterna”, de esta manera Dios se nos estrega por medio del hijo en la eucaristía, porque él está realmente presente en ese santísimo sacramento, en el cual hace la promesa de estar por siempre, hasta el fin del mundo.

    Decimos que Dios es amor, porque se nos transmite, mediante la entrega de su hijo con ese costado traspasado del cual mana amor (agápe), este amor a Dios y amor al prójimo se unen en lo más humilde.

    Hoy en día aparece la siguiente problemática en cuestión en el amor al prójimo, pues es común escuchar a individuos decir que aman a Dios, pero estos mismos dicen odiar a su prójimo, la encíclica nos dice algo muy cierto, si odiamos a alguien que vemos, será muy difícil poder amar a alguien que no es visible ante los ojos humanos, yo pienso que es aquí donde debemos reflexionar acerca de si realmente estamos viviendo un amor real.

    Dios es amor y gracias a ese amor que nos tiene nos envió a su Hijo para darnos vida, y de esta forma se entrega a nosotros, y nosotros nos entregamos a Él y al prójimo, ¿Cómo? Con actos de caridad, de humildad, en pocas palabras es seguir el gran ejemplo que es Jesucristo.

    El amor se da, y se recibe, es por ello que debemos dejarnos guiar por la fe que actúa por el amor, los seres humanos estamos llamados a actuar por el amor de Cristo, ese amor expresado en humildad, sencillez, pero sobre todo caridad, ya que si nos dejamos conquistar por él. Si tenemos una cercanía con la fuente del amor muy difícilmente nos alejaremos de Él, y con ello despertaremos el amor al prójimo.

    Por ello el Sumo Pontífice Benedicto XVI nos invita a llenarnos del amor de Dios y llevarlo al mundo pues Él es la Luz que alumbra cada día, la Verdad que lo sabe todo y la Vida que nos da todo. Dios es amor y ese amor que él nos da debemos llevarlo hasta los lugares donde los abismos triunfan, para dar luz de esperanza, de verdad y de vida, a ejemplo de Jesucristo.